Nevers es una ciudad en el centro de Francia, en la región de Borgoña, en el departamento de Nièvre. Ubicada casi en el centro de Francia, en la confluencia del Nièvre con el Loira, a unos 260 km al sur de París.
La ciudad tiene orígenes romanos, fue un asiento de obispo en la Edad Media y, después de ser parte del ducado de Borgoña, en 1538 se convirtió en el asiento de un ducado autónomo. En 1798 se convirtió en parte del estado francés. Famosa en el pasado por la producción de mayólica, incluso hoy esta actividad tradicional se perpetúa. El circuito de Fórmula 1 Nevers Magny-Cours se encuentra cerca de Nevers.
Nevers, que hoy tiene unos cuarenta mil habitantes, es un destino de peregrinaciones. Aquí, de hecho, está la tumba de Santa Bernadette (Bernadette Soubirous), la niña a quien la Virgen se apareció en Lourdes en 1858.
NEVERS: LA TUMBA DE SANTA BERNADETTE
Los restos de Santa Bernadette (Bernadette Soubirous), la niña a quien Nuestra Señora se apareció en Lourdes en 1858, se guardan en Nevers, en la iglesia del Convento de Saint Gildard (Cappella de l’Espace Bernadette).
El cuerpo del Santo se sometió a tres exhumaciones (1909, 1919 y 1925). Estas exhumaciones certificaron que sus restos se han mantenido relativamente intactos (Bernadette murió el 16 de abril de 1879, con solo 35 años). Pero aún más sorprendente es que parcialmente intactos también formaban parte de sus órganos internos.
La primera exhumación tuvo lugar en 1909. En esta ocasión se comprobó que el cuerpo había permanecido intacto, en los detalles de las uñas, el cabello y los dientes. Mientras que la fuerte humedad había hecho desaparecer los rastros de ropa y un objeto, el Rosario.
La segunda exhumación se realizó en 1919. Esto fue realizado por dos médicos, quienes confirmaron la misma situación de diez años antes, con la diferencia de que el cuerpo ahora parecía más oscuro, todo sin emitir olores desagradables.
La tercera exhumación tuvo lugar en la víspera de la beatificación de Bernardette en 1925. Esta vez, el cuerpo mostró claros signos de descomposición. En esta ocasión también se realizó una autopsia del cuerpo, que mostró que los órganos internos estaban en parte intactos, en particular el hígado.
Las autoridades eclesiales decidieron exponer el cuerpo a la veneración, en esta ocasión se cubrieron la cara y las manos con una máscara ligera para protegerlos del ambiente externo.